Atragantándome
con cada bocado
sueño con alguno
que se estanque en mi garganta
y quede ahí
clavado
punzante
quitándome el aire
enseñándoles
que sentía
que estaba viva.
Laura Ramírez, En mi boca (plaquette colección Valijita, 2008).
Siempre de Viaje - Taller de escritura y lectura, edición de libros-objeto y pliegos artesanales, lecturas de poesía, producción de eventos culturales.
Atragantándome
con cada bocado
sueño con alguno
que se estanque en mi garganta
y quede ahí
clavado
punzante
quitándome el aire
enseñándoles
que sentía
que estaba viva.
Laura Ramírez, En mi boca (plaquette colección Valijita, 2008).
La pescadería
la portuguesa lanzó el grito.
en sus manos brillaba todavía,
un pez que se fue.
pobres peces, sin mar
solos
Lisboa, 1998.
Silvia Tocco, Después de la tormenta.
pies finos en tacos blancos
en la penumbra del día
pienso
me gusta mi maestra
soy
el mejor entre sus manos
Daniel Perissé, No ves que blanco soy
Al final
Nos perdimos de vista
pero de aquellos años testigos
a pesar de su vértigo
quedaron ciertas miradas y gestos
y algunas frases que el tiempo
fue grabando paciente
en el fondo de las noches
Leopoldo Chariarse, Allá donde sueñas.
Yo intentaba atraerla hacia mí y ella se resistía; sus mejillas encendidas por el esfuerzo estaba rojas y redondas como cerezas; se reía como si le hubiera hecho cosquillas; yo la tenía atrapada entre mis piernas como un arbusto al que hubiese querido trepar, y en plena gimnasia, sin que aumentara apenas el jadeo que me provocaba el ejercicio muscular y la pasión del juego, derrame -como unas gotas de sudor arrancadas por el esfuerzo- mi goce, en el que no pude entretenerme ni siquiera el tiempo de experimentar el gusto; al instante cogí la carta. Entonces Gilberte me dijo, bondadosa: "Mira, si quieres podemos seguir luchando un poco más".
Marcel Proust, A la sombra de las muchachas en flor.
Los antiguos poetas de China
Dondequiera que esté, el mundo viene tras de mí.
Me ofrece su bullicio. No se cree
que yo no lo quiero. Ahora entiendo
por qué los antiguos poetas de China se iban tan arriba
a las montañas y se deslizaban luego en la niebla pálida.
Mary Oliver, Por qué me levanto temprano.
Tres cosas que recordar
Mientras estés bailando, puedes
romper las reglas.
A veces romper las reglas supone
solo prolongar las reglas.
A veces no hay reglas.
Mary Oliver, Un millar de mañanas.